Como lo prometido es deuda, aquí tenéis la crónica de nuestra excursión astronómica a Guadalajara el pasado sábado, día de la "celebración de mi portentoso nacimiento" (Martin Prince dixit ^_^).
Lo primero es presentaros a todos los asistentes, aunque seguro que ya les conocéis a casi todos de vista por haber aparecido ya en ocasiones anteriores en este blog, y algunos de ellos por ser además comentaristas más o menos habituales:
De izquierda a derecha: Iván, Alberto, Arancha, Dani, Conchi, Pablo, yo mismo y Kela
Nos reunimos todos en el
Centro Comercial La Dehesa, situado junto a la nacional II en dirección Barcelona, un poco más allá de Alcalá de Henares. Tras hacer algunas compras, cargamos los coches y nos dirigimos al punto de observación, un merendero situado al final de un tortuoso camino de tierra a apenas un par de kilómetros de Guadalajara capital. Ni qué decir tiene que, nada más llegar allí, lo primero de todo fue disponer los víveres sobre la mesa y cenar opíparamente, ya en plena noche y sin otra iluminación que la de las estrellas y nuestras linternas. Todo lo que nos llevamos, por supuesto, era comida ya preparada de casa o comprada en el centro comercial (bocadillos, embutidos, patés, patatas fritas, coca-colas, etc... y, naturalmente, no faltaron varios termos bien cargados de café y cola-cao caliente, para aguantar toda la noche). Desde el principio teníamos bien claro que ni hablar de cocinar ni hacer fuego en el monte.
Aquí tenéis algunas fotos más de la gente durante la cena:
Kela y Javi con sus linternas "en ristre"
Alberto y Arancha
Javi, Conchi y medio Dani
La cena transcurrió como cualquier otra cena campestre con amigos, en medio de una animada charla, con muchas risas, diversión y una descomunal guerra de "flashes" que a más de uno nos dejó con las retinas pidiendo clemencia... Y nada más terminar, llegó el momento de preparar el telescopio e ir a la caza de nuestro primer objetivo, el planeta
Júpiter, ya bien visible a simple vista en lo alto, pero que empezaba a descender hacia el horizonte y por lo tanto teníamos que verlo lo más rápidamente posible. A través del telescopio se distinguía perfectamente el disco multicolor del planeta, con los cuatro satélites galileanos (
Io,
Europa,
Calisto y
Ganímedes) visibles como puntitos de luz a su alrededor.
Otros objetos que se convirtieron en objetivo de nuestra búsqueda fueron, entre muchos más:
Galaxia de Andrómeda (M31)
Todos la conocéis, ¿verdad? Este es el objeto más lejano visible a simple vista. Está situado a dos millones de años luz de distancia, y se trata de una galaxia espiral muy parecida a la nuestra (incluso más grande). Con nuestro telescopio, naturalmente, no se ve como en esta foto, sin que tomaba la forma de una mancha ovalada gris, sin apenas detalles individuales.
Cúmulo globular de Hércules (M13)
Situado aproximadamente a veintiún mil años luz de distancia, este cúmulo globular no es otra cosa que una especie de galaxia en pequeño. Está formado por un millón de estrellas densamente apiñadas en un área con un diámetro no mayor de cien años luz. Un gran número de estos cúmulos rodean el halo principal de nuestra Vía Láctea, y muchos de ellos están al alcance de cualquier telescopio.
Cúmulo abierto de las Pléyades (constelación de Tauro)
Este cúmulo abierto, situado a unos 400 años luz de la Tierra, es, en mi modesta opinión, el objeto más bello que se puede ver en el firmamento. Curiosamente, se distingue mejor con prismáticos que en el telescopio. A simple vista es perfectamente distinguible en la constelación de Tauro como un racimo de estrellas apelotonadas, pero con los prismáticos su aspecto es realmente cautivador; pueden verse sin problemas todas sus estrellas principales y un buen puñado de estrellas más pequeñas, no distinguibles sin ayuda visual. Aunque para verlo en toda su plenitud, con esa característica nebulosa azul que envuelve las estrellas del cúmulo, evidentemente es necesario utilizar un telescopio profesional.
El remate perfecto a nuestras observaciones llegó al amanecer, cuando salió a escena la pareja formada por la
Luna en cuarto menguante (con todo su disco oscurecido excepto por un pequeño "cuerno" iluminado) y el planeta
Venus, resplandeciendo con fuerza. La Luna nos ofreció en el telescopio un espectáculo de sobrecogedora belleza. El disco lunar ocupaba todo el ocular del telescopio, y destacaban en él sus característicos cráteres, que resaltaban aún más allí donde estaban medio oscurecidos por la zona de penumbra solar. Imposible describirlo con palabras, es algo que tenéis que ver con vuestros propios ojos.
Y entre viaje y viaje al telescopio, también nos pasamos un buen rato tumbados en el suelo sobre mantas, contemplando el cielo a simple vista y deleitándonos con el panorama estelar, en el que sobresalían las estrellas fugaces y los satélites que ocasionalmente cruzaban el firmamente por encima de nosotros. Pocas cosas hay que me relajen tanto como esto; de hecho, llegó un momento en el que yo desconecté por completo de las bromas y risas de los demás (que se dedicaban a "inventarse" nuevas constelaciones) y me quedé un rato largo sin hacer otra cosa más que ver el cielo, contemplar el espectáculo que se ofrecía ante mis ojos, y preguntarme, una vez más, cuánta gente debe de haber por allí arriba, en medio de la inmensidad del universo; quizás otras gentes que también podían estar mirando el cielo en aquellos momentos y preguntándose si habría alguien más... Me podría haber pasado perfectamente horas y horas así, sin hacer otra cosa, y no me habría cansado en ningún momento.
También en uno de los descansos de la observación, nos fuimos a dar un paseo por el bosque, iluminados únicamente por nuestras linternas. A pesar de lo que pudiera parecer, no nos perdimos y volvimos sin problemas hasta nuestro "campamento base". Fue justamente al volver de este paseo, mientras reponíamos fuerzas a base de café y cola-cao antes de volver al telescopio, cuando mis compañeros aprovecharon para entregarme sus regalos de cumpleaños, ya descritos en el post anterior...
Pues más o menos esta fue la tónica general de la noche, así estuvimos hasta que amaneció. No teníamos claro si nos íbamos a quedar allí toda la noche, pero al final aguantamos hasta que se hizo de día. El remate perfecto a la jornada fue un desayuno de café con churros en un local de Alcalá de Henares, antes de volver cada uno a su casita y pasar la mañana del domingo durmiendo, que ya empezaba a hacer falta.
Fue genial, sin duda alguna. No han transcurrido apenas tres días, y ya tengo ganas de repetir la experiencia...
ボクの誕生日の晩に、友達と一緒に田舎へ天文遠足に行くことになりました。 アルカラ・デ・エナレス市の近くのデパートで待ち合わせして、食べ物と飲み物(冷たいものだけ、火をかけないために)を色々買っておいてから遠足の場所にいきました。
まずは夕食。 友達と一緒に全員食事したのです。 それから、望遠鏡を使って星の無数またたいている夜空を眺めることになったのです。長い間いろんな星とか、惑星とか、銀河とか、流れ星や人工衛星とか、た くさんの物を眺めて、大楽しみだったのです。 ボクは天文学に熱心なので、こんなに星空を眺めるのは大好きでとても楽しみました。
また今度、もう一度こんな遠足をするのは直ぐだったらいいなあと思います。
NOTA IMPORTANTE:
Las fotos de las Pléyades, la Galaxia de Andrómeda y M13 proceden de Wikimedia Commons y son de dominio público. Su utilización en este artículo es con fines únicamente informativos y sin ánimo de lucro por mi parte.