Por lo que respecta al blog, el año 2009 termina exactamente igual que el 2008: con un "Free Talk" el mismísmo 31 de diciembre, que además supone el post número 80 del año. No está mal, ¿no os parece? ^^
Aunque este va a ser sensiblemente más largo, así que tened paciencia y espero que no os durmáis...
Vida y avatares de Katsu, parte 1: de cómo los días de lluvia pueden tocarle a uno las narices, y mucho
Ahora que llevamos unos días como se supone que tiene que ser por estas fechas, lluviosos, me queda claro que una vez más la alianza entre mis tres archienemigas juradas y el señor Murphy sigue activa y que estos cuatro siniestros personajes no paran de hacerme faenas, aunque esta en concreto parece más obra de éste último que de aquellas. Da igual, tan odioso e insoportable es uno como las otras.
El caso es que, si el día está lluvioso o amenaza lluvia y tengo que salir a la calle...
a) Si amenaza lluvia y no llevo paraguas, llueve.
b) Si amenaza lluvia y llevo paraguas, no llueve.
Corolario a b): y muchas veces incluso el día se aclara y al final tengo que cargar con el dichoso paraguas de aquí para allá, sabiendo que no lo voy a tener que utilizar.
c) Si está lloviendo y no llevo paraguas, no para de llover.
d) Si está lloviendo y llevo paraguas, unos minutos después de abrirlo para de llover.
Corolario a d): y si lo cierro, volverá a empezar a llover al cabo de unos minutos.
e) Y encima, para una vez en mucho tiempo que me compro un paraguas nuevo, resulta que poco menos que hay que hacer un máster para poder abrirlo y cerrarlo como es debido y sin dejarte los dedos en el intento (yo ahora mismo tengo una bonita marca roja en el dedo anular de la mano derecha, producto de una de mis recientes y muy feroces batallas contra el maldito paraguas demoníaco, que no se quería cerrar ni a la de tres).
Todo esto, comprobado y verificado en persona, así que no penséis ni por un momento que estoy exagerando. En serio, ¿soy yo el único al que le pasan estas cosas?
Vida y avatares de Katsu, parte 2: semáforos para "dummies"
Hola, niños, soy Katsu y os voy a explicar la diferencia entre "rojo" y "verde".
Esos postes tan raros que hay en todas las esquinas y cruces, que tienen una serie de lucecitas de colores bien bonitas y llamativas, se llaman semáforos, y a pesar de lo que algunos puedan creer, no están de adorno, sino que sirven para regular el tráfico de vehículos y de peatones, para que cada uno pueda pasar a su debido tiempo y no haya líos ni trifulcas. Y ya veréis cómo no es nada complicado saber lo que significa cada lucecita.
La luz circular verde, significa "paso libre para vehículos". Los que van a dos, cuatro o más ruedas, pueden pasar, mientras los que vamos a pie, a pata o caminando, tenemos que aguardar pacientemente hasta que la luz cambie de color.
La luz circular ámbar, significa "frenar, próximo cambio a rojo". No pasa nada por saltársela si no da tiempo a frenar, pero si hay distancia suficiente, esta luz indica que los vehículos deben detenerse, porque el turno para que los peatones puedan cruzar la calle va a empezar. En contra de la creencia tan extendida entre los conductores, esta luz ámbar NO significa "acelerar para pasar como sea antes de que cambie a rojo".
La luz circular ROJA, y esto es muy importante, significa que "los vehículos no pueden pasar". Habitualmente coincide con la segunda de las dos luces que voy a explicaros ahora, así que saltársela supone un gran peligro porque puede suponer llevarse por delante a un peatón, eso si con suerte no se encuentra uno con otro vehículo estampado contra el propio. Esta luz no significa, repito, NO SIGNIFICA, que "pueden pasar dos o tres coches más después de su encendido", aunque ya lleve varios segundos encendida.
El muñequito ROJO significa que los peatones no pueden cruzar. Habitualmente coincide con la luz verde para vehículos, así que si un peatón intenta saltársela, es responsabilidad suya si le atropellan.
El muñequito verde significa que los peatones tienen via libre para cruzar. Coincide siempre con la luz roja para vehículos. Por lo tanto, si un peatón es atropellado por algún vehículo mientras está cruzando con su luz en verde, la culpa es enteramente del irresponsable que ocupa el volante del susodicho vehículo, al cual no es descartable que le haya tocado el carnet de conducir en una tómbola, en un concurso de televisión o en el interior de un huevo Kinder. Eso si tiene carnet, claro.
¿Y a qué viene todo esto? Pues sobre todo, a cuenta de este último párrafo, que, amigos míos, va totalmente en serio. Os juro que ya estoy empezando a hartarme de los conductores irresponsables, por no decir algo peor, que se saltan los semáforos en rojo incluso cuando ya hace cinco o seis segundos, o incluso más, que se han encendido y hay peatones cruzando o intentando cruzar. En Madrid, el razonamiento lógico de que "tengo el semáforo para peatones recién puesto en verde, para coches está rojo, por lo tanto ese coche que viene por ahí tiene que pararse, por lo tanto puedo cruzar" hace tiempo que ha perdido toda su validez. Aunque tengas tu semáforo en verde, o miras bien y te aseguras de que efectivamente el coche va a parar, o mejor no intentes cruzar si es que valoras en algo tu vida y tu integridad física.
Sin ir más lejos, esta mañana he vuelto a ver a un energúmeno de estos, al volante de una furgoneta blanca (lástima de no haber memorizado la matrícula) saltarse a toda velocidad un semáforo que ya llevaba por lo menos cinco segundos con la luz roja para vehículos y verde para peatones encendida, en el momento en que me disponía a cruzar. Y gracias a que lo he visto a tiempo. Si no se me llega a ocurrir seguir el consejo que doy mas arriba y me pongo a cruzar despreocupadamente, es muy probable que ahora no estuviera aquí escribiendo esto, o que lo estuviera escribiendo, en el mejor de los casos, desde Urgencias o en la cama de un hospital.
Y llamadme catastrofista si queréis, pero tengo mis sospechas de que por mucho cuidado que tenga ese día acabará llegando, el día en el que al final un imbécil de estos se me lleve por delante, a mi o a alguien que vaya conmigo, porque de hecho ya ha estado a punto de ocurrirme en un par de ocasiones. Y ese día ya veremos cómo se resuelve el asunto. Desde luego, al que por saltarse un semáforo en rojo me atropelle, o aunque sólo sea rozarme levemente o hacerme un chichón a mi o a quien me acompañe en ese momento, tened por seguro que le meto sin dudar una denuncia tal que se le cae el pelo, y no paro hasta que le quiten el carnet de conducir de por vida. Que ya está bien, hombre, que si te dan esa tarjetita rosa se supone que es porque como mínimo sabes qué significan las dichosas lucecitas y lo que puede ocurrir si no les haces caso.
Y antes de que me lo preguntéis, me adelanto yo a deciros que sí, también soy conductor, y reconozco que yo muchas veces me he saltado semáforos en ámbar, y alguno que otro en rojo. Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, como suele decirse. Sí, sé perfectamente que es una infracción, de las pocas que suelo cometer al volante, y estoy intentando corregirme, de hecho ya casi siempre paro en los semáforos en ámbar a no ser que tenga que dar un frenazo. Pero con una importante diferencia: yo no paso ni pasaré jamás por un semáforo que ya esté en rojo. Los que me he saltado han sido porque, por calcular mal el tiempo pensando que podía pasar en ámbar, resulta que cambian a rojo en el mismo momento en que paso yo. Es algo que no se debe hacer, por supuesto, pero que al menos no supone peligro para los peatones ni tampoco riesgo de choque, si el cruce está bien regulado y hay suficiente intervalo de seguridad entre el semáforo que se pone rojo en una calle y el que se pone verde en la otra.
En fin... mejor cambiar de tema, que no quiero acabar el año haciéndome mala sangre.
Compras japonesas
Esta mañana, en compañía de dos amigos, he ido a Cominport, un mayorista de productos de alimentación orientales que surte a muchos de los restaurantes chinos y japoneses de la ciudad. Es una nave inmensa, en la que puedes encontrar de todo a precios muy interesantes.
Tras pasar un buen rato curioseando entre palets y cajas abiertas de los productos más insospechados, éste es el variopinto botín que me he traído. ¡Ya tengo una buena reserva de delicatessen japonesas para empezar con buen tono el año en el que posiblemente acabe yendo a Japón por fin!
Aquí las tenéis:
Así de paso le doy uso a la arrocera, que hace tiempo que la tengo ahí muerta de risa a la pobre...
Yakisoba, listo para desenvolver, freír y comer.
No tiene que ser tan difícil, seguro que hasta yo puedo hacerlo.
Yokan (pasta dulce de judía roja), ideal para acompañar el té verde japonés.
Un botecito de salsa teriyaki, ideal para sazonar platos de carne aunque no sean japoneses.
En fin, ya vale de rollo, con esto y un bizcocho doy por cerrado el blog por este año. ¡En 2010, más de lo mismo, y mejor, espero! Feliz año nuevo a todos, cuidaos mucho, no os paséis con el turrón, los polvorones, los mazapanes y demás cosas ricas propias de estas fechas... ¡y ya sabéis, no cambiéis de Katsu-canal! ^^
(de momento lo dejo sólo en español, que me da pereza ponerme a traducir ahora todo esto al japo)
¡Eeeh! ¿Pero qué hacéis roncando? ¡ Despertad!