Con este post comienzan las crónicas de mi segunda estancia en Gran Canaria, ¡espero no aburriros demasiado!
Día 5 de abril de 2009: Las Palmas
Aquella mañana, tal como ya me temía, tuve que darme un madrugón bestial para poder llegar al aeropuerto a tiempo, tres horas antes de la salida del vuelo. Un auténtico engorro, pero qué remedio... Por cierto, ¡ha sido la primera vez que salgo desde la famosa terminal 4! Nunca antes había estado allí aún y la verdad es que me llamó bastante la atención, por su amplitud y sobre todo por ese llamativo techo ondulado de bambú.
Tras facturar con algunos problemas (a la máquina de facturación automática no le dio la gana de darme la tarjeta de embarque y tuve que ir a uno de los mostradores) y matar el tiempo de espera en la terminal dandome una larga caminata de un extremo a otro de la misma (y os aseguro que es un paseo considerable), una vez en el avión el vuelo transcurrió en calma y sin incidentes. Aquí tenéis una bonita imagen del mar de nubes visto desde mi asiento... aunque podía haber sido mucho mejor y más bonita si el ala del avión no me tapara más de la mitad de las vistas.
Lamentablemente no anduve muy rápido de reflejos, y en cierto momento, para cuando me quise dar cuenta de que aquella montaña que se vislumbraba a lo lejos era el mismísimo Teide y me dispuse a sacar de nuevo la cámara para fotografiarlo... el avión comenzó la maniobra de descenso. Así que no me fue posible sacar una foto como esa que seguro que habría sido espectacular, porque una vez iniciado el aterrizaje ya estaba prohibido encender los dispositivos electrónicos y porque además el giro del avión ocultó el volcán a mi vista. Otra vez será.
Por cierto, ya he volado unas cuantas veces pero creo que esta es, hasta donde tengo memoria, la ocasión en la que más me han dolido los oídos durante el aterrizaje. No uno solo: los dos. Y con bastante intensidad, no algo de morirse pero sí lo suficiente como para hacerme desear que tomáramos tierra de una maldita vez. Aunque supongo que esta vez fue peor porque seguía arrastrando el fuerte resfriado de la semana anterior, lo cierto es que siempre me ocurre lo mismo, los aterrizajes son sin duda lo que peor llevo de esto de volar, por el dichoso dolor de oídos.
Ya en Las Palmas, instalado en el hotel y con todo organizado, el resto del día, como no me fue posible quedar con las chicas, lo dediqué a pasear por mi cuenta y a recorrerme de nuevo todos aquellos lugares que tan buenos recuerdos me dejaron el año pasado. Lo primero que hice fue encaminarme a la plaza de Santa Catalina y subir a los miradores del centro comercial El Muelle, desde donde saqué estas fotografías.
Tras comer en un restaurante cercano al hotel, la tarde la invertí en pasear por la Playa de Las Canteras, que se ha convertido por méritos propios en el rincón para mí más querido de Las Palmas. Los que conozcáis la ciudad ya os imaginaréis por qué, es un paseo realmente encantador y muy relajante.
La playa de Las Canteras se llama así debido a sus arrecifes naturales que protegen la costa del fuerte oleaje (sin ellos la playa tal como la conocemos no existiría), los cuales antiguamente fueron utilizados como canteras de piedra para construir diversos edificios de la ciudad, entre ellos la Catedral de Santa Ana. Mide unos tres kilómetros de largo y ocupa la totalidad del lado occidental del istmo de Guanarteme, desde la Isleta hasta el auditorio Alfredo Kraus. Como acabo de decir, la "seña de identidad" de esta playa es su arrecife natural, conocido como La Barra, que atenúa los efectos del oleaje y que cuando la marea está baja es perfectamente visible, pues se encuentra solamente a unos pocos metros de la arena.
En esta ocasión no saqué fotos de la playa, pero no os preocupéis, que las habrá más adelante. Aunque si os habéis quedado con las ganas, con las fotos que encontraréis aquí podéis ir abriendo boca hasta entonces. ;)
También me di una vuelta esa tarde por la zona comercial de la calle Mesa y López, con esa avenida en la mediana bordeada de estos árboles tan característicos y que tanto abundan en la isla y que ahora mismo no sé decir qué son exactamente, pero que resultan imponentes y muy decorativos. Aquí tenéis también una foto.
Y por ahora esto es todo, perdonad si la crónica ha quedado un poco (más bien bastante, diría yo) sosa, pero es que de este día realmente no hay mucho más que contar. En la siguiente entrega, que será dentro de algunos días, os contaré mi regreso a Maspalomas y mi visita, por fin, a uno de los lugares que me quedaron pendientes el año pasado... ¡las dunas!
4月5日は、ラス・パルマス市に到着しました。その一日中、ラス・カンテラス海岸と町のいろいろなところを散歩して、このような写真を撮ってきました。皆様にごらんさせていただきましょう。
Tras facturar con algunos problemas (a la máquina de facturación automática no le dio la gana de darme la tarjeta de embarque y tuve que ir a uno de los mostradores) y matar el tiempo de espera en la terminal dandome una larga caminata de un extremo a otro de la misma (y os aseguro que es un paseo considerable), una vez en el avión el vuelo transcurrió en calma y sin incidentes. Aquí tenéis una bonita imagen del mar de nubes visto desde mi asiento... aunque podía haber sido mucho mejor y más bonita si el ala del avión no me tapara más de la mitad de las vistas.
Lamentablemente no anduve muy rápido de reflejos, y en cierto momento, para cuando me quise dar cuenta de que aquella montaña que se vislumbraba a lo lejos era el mismísimo Teide y me dispuse a sacar de nuevo la cámara para fotografiarlo... el avión comenzó la maniobra de descenso. Así que no me fue posible sacar una foto como esa que seguro que habría sido espectacular, porque una vez iniciado el aterrizaje ya estaba prohibido encender los dispositivos electrónicos y porque además el giro del avión ocultó el volcán a mi vista. Otra vez será.
Por cierto, ya he volado unas cuantas veces pero creo que esta es, hasta donde tengo memoria, la ocasión en la que más me han dolido los oídos durante el aterrizaje. No uno solo: los dos. Y con bastante intensidad, no algo de morirse pero sí lo suficiente como para hacerme desear que tomáramos tierra de una maldita vez. Aunque supongo que esta vez fue peor porque seguía arrastrando el fuerte resfriado de la semana anterior, lo cierto es que siempre me ocurre lo mismo, los aterrizajes son sin duda lo que peor llevo de esto de volar, por el dichoso dolor de oídos.
Ya en Las Palmas, instalado en el hotel y con todo organizado, el resto del día, como no me fue posible quedar con las chicas, lo dediqué a pasear por mi cuenta y a recorrerme de nuevo todos aquellos lugares que tan buenos recuerdos me dejaron el año pasado. Lo primero que hice fue encaminarme a la plaza de Santa Catalina y subir a los miradores del centro comercial El Muelle, desde donde saqué estas fotografías.
「エル・ムエリェ」というデパートから撮った、
ラス・パルマス市の写真
ラス・パルマス市の写真
Tras comer en un restaurante cercano al hotel, la tarde la invertí en pasear por la Playa de Las Canteras, que se ha convertido por méritos propios en el rincón para mí más querido de Las Palmas. Los que conozcáis la ciudad ya os imaginaréis por qué, es un paseo realmente encantador y muy relajante.
La playa de Las Canteras se llama así debido a sus arrecifes naturales que protegen la costa del fuerte oleaje (sin ellos la playa tal como la conocemos no existiría), los cuales antiguamente fueron utilizados como canteras de piedra para construir diversos edificios de la ciudad, entre ellos la Catedral de Santa Ana. Mide unos tres kilómetros de largo y ocupa la totalidad del lado occidental del istmo de Guanarteme, desde la Isleta hasta el auditorio Alfredo Kraus. Como acabo de decir, la "seña de identidad" de esta playa es su arrecife natural, conocido como La Barra, que atenúa los efectos del oleaje y que cuando la marea está baja es perfectamente visible, pues se encuentra solamente a unos pocos metros de la arena.
En esta ocasión no saqué fotos de la playa, pero no os preocupéis, que las habrá más adelante. Aunque si os habéis quedado con las ganas, con las fotos que encontraréis aquí podéis ir abriendo boca hasta entonces. ;)
También me di una vuelta esa tarde por la zona comercial de la calle Mesa y López, con esa avenida en la mediana bordeada de estos árboles tan característicos y que tanto abundan en la isla y que ahora mismo no sé decir qué son exactamente, pero que resultan imponentes y muy decorativos. Aquí tenéis también una foto.
Y por ahora esto es todo, perdonad si la crónica ha quedado un poco (más bien bastante, diría yo) sosa, pero es que de este día realmente no hay mucho más que contar. En la siguiente entrega, que será dentro de algunos días, os contaré mi regreso a Maspalomas y mi visita, por fin, a uno de los lugares que me quedaron pendientes el año pasado... ¡las dunas!
4月5日は、ラス・パルマス市に到着しました。その一日中、ラス・カンテラス海岸と町のいろいろなところを散歩して、このような写真を撮ってきました。皆様にごらんさせていただきましょう。
5 Comments:
canarios, Katsu, son arbols canarios. Y veo qu e tu tambien has sido atraido por Santa catalina. laplaza digo, not nos hagas devoto ahora, que la liamos :P
Una cosilla... ¿las fotos un pelin oscuras, no? Como siempre, lamento que de momento no me sea posible volver :(
Mas fotos1 ¡queremos mas fotos!
Sí, quizás las fotos han quedado algo oscuras pero es que me ha dado pereza retocarlas... ^^U
ceelebro que apenas llegar ya te lo pasaras pipa echando fotos y recorriendo una vez más las canteras, siempre vale la pena ;D
Desde luego que sí. Yo, teniendo una cámara a mano y sitios bonitos que fotografiar, soy feliz. ^^
No fastidies que se puedeir al Fuji desde Las Palmas!
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